Investigadora de la UTEM desarrolla proyecto para prevenir consecuencias de los aluviones en Chañaral

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Gestión de riesgo y planificación territorial, son las áreas de trabajo en las que se desenvuelve la investigación "Modelación de áreas susceptibles a flujos de detritos en la cuenca hidrográfica del río El Salado en la región de Atacama de Chile", de la Dra. Keyla Alencar da Silva Alves.

En marzo del 2015 el norte de Chile fue afectado por un temporal que dejó muertos y desaparecidos en diferentes comunas de la Región de Atacama; en diciembre del 2017 un aluvión destruyó la Villa Santa Lucía en Chaitén, afectando al menos a la mitad de sus habitantes y dejando sin vida a casi veinte personas.

Este fenómeno natural ha provocado históricamente tragedias en Chile y se genera cuando agua acumulada en el suelo, tras lluvias intensas o deshielos, se convierte en corrientes de barro, pudiendo generar inundaciones.

Buscando la manera de aminorar los efectos de los aluviones mediante prevención, la académica del Departamento de Industria de la Facultad de Ingeniería e investigadora del Programa Institucional de Fomento a la Investigación, Desarrollo e Innovación (PIDi), doctora Keyla Alencar da Silva Alves, se encuentra trabajando en el proyecto “Modelación de áreas susceptibles a flujos de detritos en la cuenca hidrográfica del Río El Salado en la Región de Atacama de Chile”.

La zona de estudio la escogió porque según explica, dentro del Catastro Nacional de Deslizamiento de Aluviones del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), Chañaral es una de las ciudades del norte que presenta mayor incidencia de aluviones en los últimos diez años. Además, es un lugar donde la geomorfología favorece a la ocurrencia de este fenómeno, y el peligro se intensifica con la existencia de tranques de relave minero en la ruta de los aluviones -en el del 2015 se rompió un tranque de relave en la zona, agregando el peligro de contaminación química-, junto a esto, se suma como indicador para escoger a Chañaral como área de estudio, la ocupación urbana de zonas de riesgo en la generación de los mismos.  

La Dra. Keyla Alencar realiza clases en la Facultad de Ingeniería, de Geomorfología y Geología y acompaña proyectos de título. Como encargada del proyecto, trabaja junto a su co-investigadora, la Ms. María Carolina Parodi Dávila, académica y jefa del Laboratorio de Suelos y Medioambiente de la UTEM; el profesor Dr. Pablo Rey, del Departamento de Industria; Dr. Fabrizio Listo, profesor de la Universidad Federal de Pernambuco (Brasil); Dr. Erik Zimmermann, profesor de la Universidad Nacional de Rosario (Argentina); y cinco tesistas de pregrado de la UTEM.

¿En qué consiste la investigación?

La idea es que se pueda prever el desastre antes de que ocurra para mitigar los impactos en las personas. En la última década los aluviones han aumentado su intensidad, lo que está muy vinculado con la expansión urbana en áreas de riesgo, para eso estoy desarrollando un modelo matemático previo al desastre, donde se puedan predecir las zonas donde ocurrirá un aluvión. Muchos de los modelos que se aplican en desastres naturales de este tipo en Chile son post desastres, Sernageomín maneja la mayoría de los estudios del área, tienen muchos mapas de cartografía de riesgo, pero no de las zonas susceptibles a la ocurrencia de aluviones, que es lo que nosotras queremos. Además, generar un prototipo de plan de evacuación para Chañaral a través de un modelo que se llama SHALSTAB, que identifica áreas susceptibles a deslizamientos en zonas de montaña, el cual aún no se ha aplicado en Chile.

¿Qué se busca conseguir?

De la misma manera que, por ejemplo, Santiago sobrevive a un terremoto porque existe un código de construcción específico, la idea es que con este conocimiento se puedan, por ejemplo, proponer construcciones de viviendas que sean resistentes a este tipo de desastres naturales, ya que hay una intransigencia muy grande de abandonar los territorios a pesar del peligro que existe.

¿Cuáles son las proyecciones?

El proyecto comenzó el 2018 con una investigación previa de caracterización de Chañaral, donde se lograron identificar las zonas de mayor riesgo. Con esa base, la investigación actual tendrá una duración de un año, y en marzo del 2019 se entregará el prototipo del plan de evacuación.

La idea es expandir este proyecto, y en vez de trabajar sólo con un modelo, más adelante trabajar con dos modelos más y otra área de investigación. Sería, además de Chañaral, una cuenca hidrográfica de Coquimbo, haciendo un mapeo de la dinámica de este fenómeno en ambos lugares. Como producto final queremos entregar un plan específico para deslizamientos y aluviones, que es algo bastante innovador porque hay muchas propuestas de planes de evacuación, pero centrados en tsunamis, volcanes y terremotos, pocos en gestión de riesgo y planificación territorial para deslizamiento y aluvión.

Según indica la investigadora, con los resultados se busca además generar un impacto de las pérdidas, cuantificando lo que provocan estos desastres naturales, de manera de calcular las ganancias que se obtendrían invirtiendo en prevención y no en gastar en las consecuencias de los aluviones.

Por Tania García Villanueva

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